viernes, 19 de abril de 2013

TIc tac, tic tac.


Tic tac, tic tac. Que hora es? Son las ocho de la mañana del primer día del resto de tu vida. Nada mas despertar, te preguntas: “Que es la amistad?” Si, esa es la típica pregunta que todos nos hemos hecho en algún momento de nuestras vidas. La respuesta depende de cada uno, de nuestras vidas y de nuestras experiencias.
Tic tac, tic tac, son las nueve de la mañana, desesperado, buscas respuesta a tu pregunta. La Real Academia Española define “amistad” como “el afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”; en cierto modo, es así, piensas.
Sin embargo, pasa el tiempo, llegan las diez de la mañana, toda la ciudad se pone en movimiento, comienza el día, otro día ajetreado, lleno de quehaceres. Y tu, dubitativo, llegas a la conclusión de que la amistad no se limita a lo que has visto en el diccionario, la amistad es mucho mas, es un sentimiento.
Tic tac tic tac, pasan las horas y comienzas a pensar que, para ti, “amor” es aquel sentimiento que hace que se te quite el hambre, aquel que hace que tengas una sonrisa de oreja a oreja en la cara, aquel que hace aparecer un brillo cristalino en los ojos; es un sentimiento muy fuerte, e incluso te atreves a decir que es el mas fuerte de todos. Es un sentimiento que nos llena de felicidad, de alegría y que crea en muchos de nosotros un “algo” que no sabríamos explicar con palabras, son las famosas mariposas en la barriga, ese nudo en la garganta que nos impide expresarnos, eso que puede llegar a ser, a veces, impotencia. Viéndolo así, la amistad es amor. Si, amor, porque es gracias a los amigos a los que recuperamos la sonrisa, recuperamos las ganas de vivir, superamos los obstáculos que se nos presentan y alcanzamos la felicidad.
Tic tac tic tac, son las once de la mañana, sales a la calle, a vivir tu día a día y piensas  que la sociedad esta muerta, que ha perdido la fe y la esperanza y que, tan solo unos pocos, continúan creyendo en la amistad. Me gusta pensar que todos, absolutamente todos, necesitamos creer en algo, ya sea religión, política, etc. Yo, por el contrario, creo en las personas, creo en ti, en mi. Creo en la capacidad de la humanidad para avanzar, para salir adelante. Creo en la posibilidad de un mundo mejor y mas justo. Creo en la capacidad del ser humano para conseguir lo que se proponga, a base de esfuerzo e ilusión. He de reconocer que nunca he creído en el destino, o quizás si, en mis peores momentos, en esos donde has tomado la decisión equivocada y ya es demasiado tarde, no hay marcha atrás; por lo que intentas convencerte de que los hechos pasan porque tenían que pasar.
Tic tac, tic tac. Destino o casualidad? He ahí la eterna cuestión, llámalo destino, llámalo karma, llámalo X. El resto de los momentos de mi vida, sigo pensando que es uno quien elige su destino con cada paso que da. Creo que el futuro no esta escrito, sino que lo escribimos nosotros sobre la marcha. Creo también en la justicia, en la solidaridad, en la fidelidad, en la honestidad y en la verdad; pero, sobre todo, creo en la amistad, en una amistad verdadera, gracias a la cual se podrá lograr un mundo mejor, donde todos seamos felices.
Tic tac, tic tac. Son las doce del mediodía, dudas mucho de que vuelva la magia, si es que realmente un día existió. Sabes que no hay historia sin tiempo, ni día sin sol, no existen las hadas sino hay polvos, ni cuentos, sin magia. Pero mientras haya una posibilidad, aunque sea una entre un millón, sabes que valdrá la pena intentarlo.
Tic tac, tic tac. Una hora después, piensas que hay muchas clases de amistad, las hay pasajeras, las hay que son para toda la vida, las hay que están alejadas, las hay que atraviesan fronteras, etc. A todo esto, tus compañeros te preguntan si te ocurre algo, te ven muy reflexivo. Hay quienes dicen que la amistad entre un chico y una chica es imposible, puesto que, tarde o temprano, uno de los dos se enamorara del otro. Mientras otros dicen que al mal tiempo buena cara, que después de la tormenta siempre llega la calma,pero que al fin y al cabo las cosas nunca cambian. Que todo lo que sube baja, pero que agua que pasa no mueve molinos. También dicen que todo el mundo merece una segunda oportunidad, pero que las segundas nunca fueron buenas. Que quien tiene boca se equivoca y que rectificar es de sabios. Dicen que quien no arriesga no gana, que quien la sigue la consigue. Que no por mucho madrugar amanece más temprano, pero que, a quien madruga Dios le ayuda. Dicen que si te pica te rascas, que todo lo que escuece cura y que muerto el perro se acaba la rabia; dicen que a palabras necias oídos sordos pero que a buen entendedor pocas palabras bastan. Dicen que la mejor defensa es un buen ataque, pero que el culpable es el primero en tirar la piedra y que quien calla, otorga. Y dicen que correr es de cobardes pero que quien no corre vuela, que ya se sabe que las apariencias engañan y que, por supuesto, no es oro todo lo que reluce. Dicen que quien avisa no es traidor, que si te he visto no me acuerdo, y que a rey muerto, rey puesto. Dicen que el tiempo es oro, pero que más vale tarde que nunca. Tic tac, tic tac; la sociedad se contradice, por lo que, quiero pensar que, cuando dicen que hay cosas imposibles o que no existen los amigos de verdad, se equivocan.
Si bien es cierto que, como muchos dicen, la amistad surge con el tiempo, sin mas, sin motivo alguno o, mas bien, sin motivo aparente, lo mas importante es que surge, que se fortalece a base de peleas y discusiones, que una vez perdida la confianza, es prácticamente imposible volver a recuperarla.
Tic tac, tic tac. Son ya las 21:00h., llegas a tu casa, después de un largo día de trabajo. La verdadera amistad no consiste en vivir el día a día juntos, ni en contarse todos los secretos y problemas, ni en salir juntos por las tardes; la verdadera amistad es entender miradas, crear sonrisas donde el otro puso lagrimas, es cambiar problemas por buenos momentos, es no tener miedo a la verdad, no tener que ocultar nada, respetar decisiones, aun cuando no se esta de acuerdo; es aconsejar, es saber escuchar, apoyar y ayudar en todo que nos sea posible; es saber callar; es entender la importancia y la necesidad de un abrazo; es saber hablar en el momento adecuado, usando las palabras adecuadas; es no confundir la franqueza con la ofensa. Tic tac, tic tac; la amistad es, en definitiva, amar.
Son las diez y media de la noche, estas cenando mientras ves la televisión para despejarte. No puedes, por mas que lo intentas. Concluyes con que si tienes un amigo, debes guardarlo. Si, conservarlo, haz lo imposible por conservarlo a el, y a su amistad, ya que gente autentica, hoy por hoy, queda muy poca. Es un tesoro. Tic tac, tic tac; recuerdas la famosa frase de Russell, tiempo atrás: “el problema de la humanidad es que los tontos están seguros de todo y lo inteligentes están llenos de dudas”.
Tic tac, tic tac; es hora de irse a la cama. No seas tonto y no pierdas un tesoro. Cuidado, que se hace tarde. Si, porque el tiempo no espera por nada ni nadie, ni mucho menos te va a esperar a ti. Tic tac, tic tac. Sinceramente, no creo que haga falta cambiar para convencer, ni dar más para recibir. Que a veces querer y ser querido pueden parecerse, pero no ser lo mismo. Que hasta el más malo nunca es tan malo. Que el bueno no siempre es tan bueno ni tan convincente. Que quien espera, obtiene su recompensa y el que desespera lo pierde todo. Que lo sé, si, no hace falta que me expliques en qué consiste esto a lo que llamamos “vida”; que yo ya sé lo que es amar, que ya sé lo que es esperar, al igual que se las personas más cercanas en tu vida pueden convertirse en las más lejanas, que el amor puede llegar en un segundo e irse antes de contar hasta diez, que quien ahora está y te da la mano, mañana puede no estar o darte la espalda. Que está claro, que quien no arriesga no gana. Que la vida pasa y el tiempo pasa, que esperamos demasiado sin darnos cuenta de que cada segundo cuenta. Que a veces estamos más cerca de lo que creemos de nuestros objetivos, pero ni se nos pasa por la cabeza, todo por estar ciegos, por no saber escuchar cuando tenemos que hacerlo. Que a veces no le damos valor a las cosas, y te das cuenta de que eran necesarias cuando las perdemos,cuando ya es demasiado tarde.
Tic tac, tic tac. No puedes dormir, son las tres de la mañana y te acuerdas de aquel tiempo cuando las decisiones importantes se tomaban con un “pito-pito gorgorito” cuando hacer un castillo de arena podía mantenernos felizmente ocupados durante toda una tarde y los globos de agua eran la más moderna, poderosa y eficiente arma que jamás se había inventado. Recuerdas cuando el negocio del siglo era conseguir cambiar los tazos repetidos por el que hacía tanto tiempo que buscabas y quitar las ruedas pequeñas a la bici significaba un gran paso en tu vida. O esos momentos donde las peleas no eran mas que por ver quienes eran policías o ladrones.
Ahora, piensas “que fácil es ser un niño!”. A los cinco años, nos preguntaron que queríamos ser de mayores y solíamos contestar diciendo: astronautas, presidentes, superhéroes o, en mi caso, princesa. A los pocos años, volvieron a preguntárnoslo, y respondimos: bomberos, policías, peluqueros o, como dije yo, medico. Pero en el fondo, lo que mas querías era estar con tus amigos.
Tic tac, tic tac. Te quedaste dormido mientras pensabas. Ya es de día y ahora que somos mayores quieren una respuesta seria. Si, es hora de decir la verdad, de gritar lo que sentimos, de no callarnos nada, por miedo a ser juzgados; es momento de tomar decisiones rápidas, es hora de cometer errores, de subirse al tren equivocado y extraviarse, de enamorarse a menudo, de cambiar de idea y volver a cambiar porque no hay nada permanente. Es hora  de ser uno quien juegue con el destino y no al revés, es hora de ser uno quien decida si es o no tiempo de amar, si es o no tiempo de llorar, de vivir buenos o malos momentos, de estar con amigos y familia, o aislado de la humanidad. Es hora de crear nuestros propios milagros, de hacer realidad nuestros deseos. Es hora de no pensar mas en el mañana, de pensar solo en vivir el presente, ya que el futuro es muy incierto. Tic tac, tic tac. Es hora de creer en la amistad, de darle el valor que se merece, de creer en las personas, en ti, en mi, en nosotros. Es hora de apostar por un mundo mejor, por la amistad, te apuntas? Tic tac, tic tac; ven, corre, nos espera un gran día. Tic tac, tic tac.



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