martes, 12 de marzo de 2013

Cuidado, se hace tarde.

Y no creo que haga falta cambiar para convencer, ni dar más para recibir. Que a veces querer y ser querido pueden parecerse, pero no ser lo mismo. Que el que vale, vale. Que las palabras sobran y se las lleva el viento. Que hasta el más malo nunca es tan malo. Que el bueno no siempre es tan bueno ni tan convincente. Que quien espera, obtiene su recompensa y el que desespera lo pierde todo. Que lo sé. Que no hace falta que me expliques en qué consiste esto a lo que llamamos vida; que yo ya sé lo que es amar, que ya sé lo que es esperar. Que las personas más cercanas en tu vida pueden convertirse en las más lejanas. Que ahora mismo hay gente que se lamenta por una ruptura con su pareja mientras otras lloran por alguien que ya no podrán ver nunca más. Que el amor puede llegar en un segundo e irse antes de contar hasta diez.  Que quien ahora está y te da la mano, mañana puede no estar y darte la espalda. Que a veces no necesitamos que nos pase algo tan malo para recibir algo bueno. Que las cosas pasan porque pasan y sin más,sin tener que darle vueltas. Que está claro, que quien no arriesga no gana. Que la vida pasa y el tiempo pasa, que esperamos demasiado sin darnos cuenta de que cada segundo cuenta. Que a veces estamos más cerca de lo que creemos de nuestros objetivos, pero ni se nos pasa por la cabeza, todo por estar ciegos, por no saber escuchar cuando tenemos que escuchar. Y sí, que el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Que a veces no le damos valor a las cosas, y te das cuenta lo necesarias que eran cuando las perdemos,cuando ya es demasiado tarde. La pérdida del algo tan importante por culpa de ambos: el uno por no saber hablar a tiempo, y el otro por no saber hablar a tiempo.


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